Amalia nació el 29 de Diciembre de 1935, en Avellaneda, Pcia. de Buenos Aires, República Argentina.
Hija de Doña Dolores Doblas y Don Juan López, ambos inmigrantes españoles, provenientes de Málaga y de Galicia, respectivamente; la menor de seis hijos.
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Juan López y Dolores Doblas
Su educación y formación la realizó en su ciudad natal. Egresada de la Escuela Primaria Nº 13 "Alte. Brown", donde fue abanderada.
Una vez egresada estudió en la Academia Pitman, obteniendo su título.
Se desempeñó como secretaria y en distintas funciones en lo administrativo, en varias empresas, y desarrolló también emprendimientos a lo largo de su vida.
Casi toda una vida juntos
Corría el año 1960 cuando, podría decirse que el país entero intervino para que Amalia y Juan Carlos se conocieran, ya que fue en una capacitación para censistas donde se vieron por primera vez y les tocó trabajar juntos.
El 28 de septiembre de 1962 dirían "Sí" en el altar y ciertamente, sería para siempre.
Amalia y Juan Carlos compartieron casi 64 años de un matrimonio amoroso, estando el uno para el otro tanto en la salud como en la enfermedad, en los momentos de alegría como en los de profunda tristeza. Juntos, siempre.
Esposa amorosa, atenta de su Hogar, en el más amplio sentido de la palabra; halló en Juan Carlos todo lo que se puede esperar del alma de la que un ser se enamora y elige para siempre.
Juan la acompañó en todos sus sueños; se esforzaron y trabajaron juntos apoyándose mutuamente, construyendo con amor su matrimonio y celebrándolo cada día; criando con ternura a su hija Laura.
A la Mujer, Madre y Amiga, mi Admiración, Amor y Gratitud
Madre amorosa, que enseña con amor y aconseja con sabiduría.
Amiga que acompaña las "travesías" más divertidas y asombrosas, pero que también sabe hacer frenar a tiempo para reflexionar, dando espacio para la decisión personal.
Mujer que ilumina, y deja ejemplo con su andar.
... todo eso siempre fue Amalia para su hija; claramente a lo largo del tiempo cobró para Laura un valor más profundo, pero siempre significativo en cada etapa de su vida.
Reiteradas veces Laura declaró: "éste ha sido el segundo regalo que Tata Dios me dió, luego de darme la vida: mis padres".
Y Amalia ciertamente fue, es, y será siempre uno de sus tres "Tesoros".
"A la Mujer, Madre y Amiga, mi Admiración, Amor y Gratitud". Esa es la dedicatoria que Laura escribió en su libro "A Capella" que le entregó a su madre.
Laura aprendió de sus padres, entre tantas cosas, la importancia del "voluntariado", tarea que abrazó y compartió fuertemente junto a ellos, desde la Biblioteca Popular y Centro Cultural El Talar, por 25 años.
El "Servicio"... tarea maravillosa. El voluntariado, sin paga monetaria te hace realmente rico espiritualmente. Mucha gente lo hace, y muchos más debieran practicarlo para comprender mejor el "sentido" de estar vivo.
En la ciudad de El Talar
En julio de 1979 la familia se radica en la ciudad de El Talar, donde Amalia también compartió sus dones con vecinos, nuevos amigos y comunidad.
Fue catequista, Guía de catequistas, voluntaria en Cáritas (Parroquia Purísima Concepción, en Gral. Pacheco), gestionó nuevos espacios para "levantar" Capillas y trabajó para recaudar fondos para sus construcciones.
También dedicó muchos años al voluntariado en la Educación y la Cultura, junto a su familia, en ONG regionales y en la Biblioteca Popular y Centro Cultural El Talar, donde se desempeñó también en cargos ejecutivos de la Comisión Directiva.
Toda la labor se manifestó en acciones concretas para y por la comunidad, amando lo que hacía.
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Una de las visitas al Jardín Nº 904, de El Talar, donde contaba cuentos a los pequeñitos. |
"No hay obra mejor, ni más necesaria que el Amor"
Esta frase, de San Juan de la Cruz, es una frase que la acompañó a Amalia durante los dos últimos años de su vida en esta tierra, una frase que guardó a su lado, en su mesita de luz.
Realmente su familia cree, que más que marcar "un final" para su vida, en realidad es el reflejo de lo que Amalia entendió y practicó en su andar en este mundo; por eso sintió el amor de tantas personas, que siguen "llevándola" en sus corazones.















